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LIC. DARIO BACCHIDDU

 

En los últimos años el Crossfit® ha ganado popularidad a nivel mundial, por su modo innovador de entrenamiento global, donde incluye ejercicios de alta y moderada intensidad con un enfoque en movimientos funcionales que varían constantemente de estímulo y donde los tiempos de recuperación entre series es corto o a veces nulo. El objetivo principal de esta actividad es optimizar varios aspectos de la aptitud física como la resistencia, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, coordinación, agilidad y el equilibrio. 

El Crossfit® como disciplina es considerado como una opción para el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT). Para entender que tan importante es el HIIT, debemos mencionar que este se ha convertido en una de las 3 principales tendencias mundiales de fitness desde 2013 según la encuesta anual de American College Sports Medicine (ACSM), 1 y esto por su parte es producto de la popularidad que ha ganado el Crossfit® en la sociedad. Sin embargo, muchos medios de comunicación aseguran que este programa físico es un riesgo desproporcionado por los daños que puede generar a nivel musculoesquelético como también a la salud general y hasta en algunos casos podría ser mortal, pero ¿Estamos en condiciones de afirmar estos postulados?

Como menciona su fundador, Greg Glassman, «las declaraciones significativas sobre seguridad, eficacia y eficiencia, las tres facetas más importantes e interdependientes de cualquier programa de acondicionamiento físico, solo pueden respaldarse con hechos medibles, observables y repetibles, es decir, datos». Por lo tanto, que datos tenemos hasta ahora y que nos aporta la evidencia científica acerca del Crossfit®.

En la literatura actual se encontraron muchos estudios acerca de la tasa de incidencia de lesiones como de los factores de riesgo de esta disciplina, sin embargo, los estudios publicados con alto nivel de evidencia y bajo riesgo de sesgo es escasa, por lo tanto, para realizar esta nota se utilizaron los estudios mas relevantes y con los tamaños muestrales más grandes. 2-5

En general para la sorpresa de muchos, el Crossfit® tiene un número de lesiones entre los participantes similar a cualquier otro método de entrenamiento convencional o disciplina como el powerlifting o weightlifting. 3 La distribución de las lesiones en este fue similar entre mujeres y hombres, siendo el hombro y la espalda la localización más afectada. Además, los participantes masculinos tuvieron una mayor probabilidad de sufrir lesión en comparación con las femeninas, excepto en algunas lesiones con menor incidencia como el cuello y el tobillo donde las mujeres dominaron.4 También, la bibliografía nos marca que los participantes que entrenan de manera esporádica o con menor frecuencia de estímulos semanales (<3 días/semanales) y con menos experiencia (<1 año) reportaban mayor probabilidad de lesión. Según mi opinión teniendo en cuenta lo mencionado al principio sobre la naturaleza variable de ejercicios que se realizan, es mas factible que los “novatos” presenten mayor dificultad en realizar ciertos ejercicios por la dificultad en las técnicas que se practican, como por ejemplo los power snatch, power clean, toes to bar, rope climb, muscle up, entre otras. Potenciando esta idea aún más, cuando en muchos casos los entrenamientos no están correctamente supervisados por personas capacitadas. Al hablar de novatos o principiantes, no necesariamente hablamos de personas sedentarias o sin experiencia en deportes, sino de personas que no practique Crossfit®, ya que hay casos de individuos que son atléticas y por eso mismo se exigen más en ciertos gestos que no dominan aumentando así también su probabilidad de lesión. 

 

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Otro punto a tener en cuenta fué el comportamiento psicológico de aquellos que participan en Crossfit®, a diferencia de otros métodos de entrenamiento, este presento sin importar el sexo y/o los objetivos que persiguiera cada sujeto, un mayor nivel de compromiso, adherencia, permanencia y de interacción social, con grandes beneficios en la salud mental de adolescentes y adultos. 6, 7 Por último, las características motivacionales de CrossFit, que apuntan a llevar al individuo a lograr el mejor rendimiento posible, generaron una prevalencia del 5% de adicción al ejercicio mayor en hombres y personas jóvenes (< 30 años). La adicción al ejercicio se asoció con una tendencia a entrenar de igual manera a pesar de la lesión, sentimientos de culpa por no poder asistir o creencia de perder rendimiento físico por la ausencia. Estos pensamientos negativos pueden facilitar a daños, como también a lesiones asumiendo riesgos innecesarios. 

Para finalizar, no busco enfatizar al CrossFit® como algo “Bueno” o algo “Malo”, sino esclarecer muchas afirmaciones que dan por hecho aspectos que generan expectativas falsas o erróneas entre los interlocutores, sin estar respaldadas por evidencia científica. 

A modo de conclusión, como se expuso a lo largo del texto este método de entrenamiento, presenta muchos beneficios no solo en los aspectos físicos, sino también en los psicosociales. Sin embargo, aún queda por seguir investigando ya que la evidencia sigue siendo escasa. A pesar de eso, la principal variable que se fue repitiendo a lo largo de los diversos artículos consultados, y que por lo tanto es algo a tener en cuenta es la “monitorización individual de la carga”. Si bien es un desafío ponerlo en práctica, es fundamental para disminuir la probabilidad de riesgo de lesión, más aún en aquellos “principiantes” mencionados anteriormente. Entendiéndose carga no solamente al volumen, frecuencia, densidad o intensidad, sino también a la dificultad en los gestos técnicos, adaptando estos en distintos pasos metodológicos hasta llegar al gesto en sí, haciendo hincapié en aspectos psicológicos potenciando pensamientos positivos, manteniendo un feed-back constante para evitar entrenar con lesiones o molestias y así evitar exponerse a riesgos potenciales buscando la progresión constante y no abrupta en el entrenamiento, siendo de vital importancia la supervisión de personal capacitado. 

 

“No es la carga lo que nos lesiona, sino aquella a la que no estamos preparados”

Tim Gabbet

 

Referencias 

1-Thompson WR. Encuesta mundial o tendencias de fitness para 2016: edición del décimo aniversario. ACSM. Health Fit J 2015;19:9–18.

2-Claudino JG, Gabbett TJ, Bourgeois F, Souza HS, Miranda RC, Mezêncio B, Soncin R, Cardoso Filho CA, Bottaro M, Hernandez AJ, Amadio AC, Serrão JC. CrossFit Overview: Systematic Review and Meta-analysis. Sports Med Open. 2018 Feb 26;4(1):11. doi: 10.1186/s40798-018-0124-5. PMID: 29484512; PMCID: PMC5826907.

3-Ángel Rodríguez M, García-Calleja P, Terrados N, Crespo I, Del Valle M, Olmedillas H. Injury in CrossFit®: A Systematic Review of Epidemiology and Risk Factors. Phys Sportsmed. 2022 Feb;50(1):3-10. doi: 10.1080/00913847.2020.1864675. Epub 2021 Jan 7. PMID: 33322981.

4-Feito Y, Burrows EK, Tabb LP. A 4-Year Analysis of the Incidence of Injuries Among CrossFit-Trained Participants. Orthop J Sports Med. 2018 Oct 24;6(10):2325967118803100. doi: 10.1177/2325967118803100. PMID: 30370310; PMCID: PMC6201188.

5-Gean RP, Martin RD, Cassat M, Mears SC. A Systematic Review and Meta-analysis of Injury in Crossfit. J Surg Orthop Adv. 2020 Spring;29(1):26-30. PMID: 32223862.

6-Tibana RA, de Almeida LM, Frade de Sousa NM, Nascimento D Da C, Neto IV de S, de Almeida JA, et al. Two consecutive days of CrossFit training affects pro and anti-inflammatory cytokines and osteoprotegerin without impairments in muscle power. Front Physiol. 2016;7:260.

7- Whiteman-Sandland J, Hawkins J, Clayton D. The role of social capital and community belongingness for exercise adherence: an exploratory study of the CrossFit gym model. J Health Psychol. 2016;1:1359105316664132